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La terapia de duelo en grupo con adolescentes

Patricia Díaz, psicóloga infanto-juvenil de FMLC

En la Fundación Mario Losantos del campo (FMLC) a menudo nos consultan si hacemos terapia de duelo grupal con adolescentes y, si es así, en qué consiste. Por eso, en este artículo vamos a explicar con detalle cómo funciona este tipo de terapia y los motivos por los que consideramos que no es eficaz en menores.

La terapia grupal de duelo es una herramienta muy potente. En FMLC estamos muy acostumbrados a utilizar este recurso: formamos grupos heterogéneos en los que los participantes, alrededor de diez, trabajan y avanzan en su duelo guiados por un psicólogo y compartiendo sus inquietudes y experiencias.

De esta manera, los pacientes se enriquecen a través de otros testimonios, formas de afrontamiento, validan su dolor, tejen una red social… Como veis, es una herramienta muy potente siempre que las personas estén dispuestas a participar de manera grupal y a compartir con otros desconocidos su pérdida y sus experiencias.

Casos en los que es posible la terapia de grupo en adolescentes

La terapia de grupo en adolescentes es difícil de trabajar, no porque no se pueda llevar a cabo -que se puede-, sino porque es difícil que los adolescentes se identifiquen con otros. A lo largo de nuestra experiencia clínica, hemos optado por el trabajo grupal en duelo en adolescentes en estas circunstancias:

  • Todos los participantes han sufrido la misma pérdida (por ejemplo, un grupo de amigos que han sufrido la muerte de un amigo común).
  • La muerte afecta a un grupo concreto (un compañero de equipo, un docente significativo para una clase, un compañero que fallece en una excursión…).
  • La muerte sucede en presencia de un grupo concreto (p.ej.: un adolescente que fallece realizando una actividad en un campamento).

Sólo en esas situaciones nuestra terapia ha sido bien aceptada y recogida por los y las adolescentes; incluso en ocasiones se ha llevado a cabo en el entorno, en el aula, en el colegio o en el centro deportivo.

Motivos por los que no es recomendable la terapia de grupo en adolescentes

En otras circunstancias, no consideramos que la intervención grupal beneficie a los adolescentes. A continuación, explicaremos los matices que hemos tenido en cuenta y que hemos encontrado a lo largo de nuestra experiencia clínica:

  • El carácter adolescente les impide conectar con otras situaciones similares: no consideran que sean iguales, o que su dolor pueda equipararse o puedan sentirse identificados con otros
  • Suelen disimular: no les gusta mostrar sus emociones en público y funcionan mejor en la intimidad.
  • En un grupo ha sufrido la misma pérdida, a veces las relaciones no son idénticas: hay alguien que tenía una amistad más íntima, o bien uno de ellos era el novio o la novia del fallecido… y su dolor no es comparable.
  • Les cuesta mostrarse entre los iguales de manera diferente, o significarse.
  • Si la pérdida de cada participante fuera diferente (por ejemplo, un padre, un amigo, una madre, un hermano…) hay demasiadas diferencias y particularidades en el trabajo terapéutico como para hacerlo grupal.

Por experiencia sabemos que, si el grupo no es homogéneo, siempre hay algún participante que siente que se le da de lado, o no conecta, se inhibe y no expresa sus emociones porque no es un entorno de confianza, o no usa otras experiencias para ayudarse a sí mismo… Aunque lo hemos intentado, nuestra experiencia es que los adolescentes no suelen empatizar ni mostrarse bien en un grupo.

Peculiaridades del duelo en adolescentes

Es cierto que hay muchos grupos de trabajo en terapia que funcionan, como los de habilidades sociales, relacionales, resolución de conflictos…, pero en un tema tan delicado como el duelo, encontramos que exponerse al dolor en grupo no beneficia a los adolescentes. Además, tampoco permite trabajar aspectos de otras áreas porque no suelen ser simétricas entre los participantes: a unos el duelo les afecta más en el área relacional, a otros en la familiar, otros tienen repercusiones académicas, etc.

Por estos motivos, nosotros no hemos podido trabajar con éxito en grupo de duelo adolescente, salvo en los casos concretos ya mencionados. Preferimos una aproximación más íntima como es la terapia individual, en la que el adolescente se sienta seguro y validado, y pueda expresar todo lo que lleva dentro con total confianza. A pesar de todo, el hecho de que nosotros no apostemos por ella, no significa que sea una herramienta inválida y no impide que haya otras entidades o profesionales que lo hagan mejor o con mayor eficacia que nosotros.

Para saber más sobre la atención del duelo infantil, podéis acudir a nuestro servicio gratuito de Psicoterapia de duelo infantil, solicitar que impartamos una charla gratuita para padres y profesores en vuestro centro educativo (a través de este proyecto) o descargar gratis nuestro manual práctico “Hablemos de Duelo”, que ofrece pautas para ayudar a los adultos a hablar de la muerte con los niños y da claves sobre cómo viven el duelo los menores según su edad.

También incluye un apartado sobre cómo atender el duelo en el colegio y cómo ayudar a afrontar el duelo a las personas con discapacidad intelectual. La guía está disponible gratuitamente para su descarga en nuestra página web:

www.fundacionmlc.org

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