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Soluciones infalibles para aliviar el duelo

Sara Losantos, psicóloga de FMLC

 

FMLCAl final de cada una de las sesiones formativas que impartimos en la Fundación Mario Losantos del Campo, siempre hay alguien que pregunta: ¿Cómo puedo ayudar a una persona en duelo? Esta consulta suele repetirse en diferentes ocasiones y ante circunstancias distintas, y la verdad es que suscita mucho interés.

Estos interrogantes reflejan la búsqueda de soluciones infalibles, recetas únicas, que les permitan ayudar a personas que están en duelo. En ocasiones nos lo piden para ayudar a algún conocido y, otras veces, para sí mismos. Durante mucho tiempo nos hemos resistido a ofrecer recetas generales para situaciones particulares. Creemos que es casi imposible que una fórmula general pueda captar la inmensa complejidad de matices del duelo.

El duelo como proceso único

Desde siempre hemos partido de la base de que el duelo es un proceso único y que no existe un duelo igual a otro, y todo eso sigue siendo verdad. No hemos abandonado esta idea y nos ratificamos en que resulta casi imposible afinar en el duelo, sin tener en cuenta las particularidades casi infinitas de cada caso. Pero, al mismo tiempo, es cierto que existen respuestas, o actitudes, o pautas que funcionan siempre.

Estas pautas no sirven para dar una respuesta clínica profesional a la resolución de un duelo complicado, pero sí para aliviar al doliente durante un proceso de duelo sano. Son actitudes o pautas que siempre ayudan a aliviar el dolor, pero hay que tener en cuenta lo limitado de su alcance. No son pautas terapéuticas en el sentido clínico de la palabra, simplemente aligeran el peso del duelo y facilitan que este proceso sea sano.

Pautas para aliviar el duelo

A veces son cosas de sentido común, que en alguna ocasión hemos mencionado en artículos anteriores, pero hoy hemos querido unificarlas en un único artículo para facilitar su comprensión. Estas pautas son:

    • No dar nada por sentado: Tratar de averiguar la singularidad de la experiencia para cada uno. La pérdida de un padre o de un hijo representa cosas diferentes para diferentes personas. Lo que cada uno experimenta en relación a su pérdida es una vivencia única y eso hay que respetarlo y rescatarlo.

    • No hablar de nosotros mismos o exponer nuestro caso: Cuando nos acercamos a una persona que está en duelo, sólo ella debe ser la protagonista, no nosotros. Así que no le servirá de nada escuchar nuestra experiencia, ni nuestros ejemplos.

    • Preguntar más que afirmar: Es mejor preguntar “¿Cómo te sientes?” que afirmar “Sé cómo te sientes”.

    • Escuchar más que hablar: Nombrar las cosas permite ordenar la experiencia, por eso el doliente se beneficiará más de nuestra escucha que de nuestras palabras.

    • Evitar los comentarios obvios y las frases manidas: Transmiten la sensación de que no nos importa el doliente, de que no nos tomamos el tiempo de construir una reflexión para ese caso concreto. Transmite que lo suyo no nos parece importante, que lo asimilamos a una experiencia que es igual a cualquier otra. Frente a eso, es mejor ofrecer comentarios personales basados en lo que sentimos en ese momento. Es mejor confesar “No sé qué decirte” que decir una obviedad.

    • Cambiar los ofrecimientos generales por ofrecimientos concretos: Los ofrecimientos generales reflejan desinterés, mientras que los ofrecimientos concretos reflejan compromiso. Por eso es mejor ofrecernos a hacerle la compra o acompañar al doliente a hacer gestiones que decir “Estoy ahí para lo que necesites”.

    • Ser el primero en llamar en lugar de esperar a que nos llamen.

    • Permitir la expresión de emociones -que permite la liberación de emociones-, sin juzgarla y sin poner normas a la emoción.

    • Huir de explicaciones simplistas del duelo que sólo producen desconcierto y sensación de estar desajustado: Son explicaciones basadas en lo que tradicionalmente se ha pensado del duelo. Por ejemplo: “El tiempo lo cura todo”, sobre la que ya hemos dicho en otras ocasiones que, además de no ser verdad, puede generar la sensación de que no se ajusta a lo que socialmente se espera de ellos, cuando observan que el tiempo no sana el duelo.

Estas claves pretenden servir de orientación a las personas que han sufrido la pérdida de un ser querido o intentan ayudar a una persona doliente de su entorno. Para saber más o para solicitar ayuda psicológica gratuita, no dudes en consultar nuestra página web:

   www. fundacionmlc.org

4 comments


  1. yanet

    Los felicito por sus orientaciones, tan solo con leer las diversas experiencias expuestas sumado a las respuestas de los profesionales, me ha servido para comprender cómo actuar y apoyar a mi esposo quien ha sufrido la perdida de su madre hace poco. con Gratitud Yanet


  2. Muchas gracias por tus palabras, Yanet, nos alegra mucho haber podido serte de ayuda en esta situación tan delicada.
    Un saludo y mucho ánimo,

    Equipo FMLC


  3. Daho

    Hola. Mis hijos sufren mucho por la trágica muerte de su papá. Yo me derrumbo cuando los frío sufrir tanto. Trato de no llorar delante de ellos, he optado hasta por encerrarme en el baño, pero ya no se que hacer… Mi hijo de 9 años era muy unido a él y llora mucho, lo extraña, me pregunta por que su papá si era tan bueno? Ya no se cómo consolarlo y eso me tiene destrozado él corazón. Gracias


  4. Estimada Dahomey:

    Es normal que los niños lloren a su padre, de hecho es totalmente sano. Dile a tu hijo que entiendes su dolor, que es normal estar triste y que todo el mundo muere. Trata de buscar con él recuerdos de su padre para preservarlos, por ejemplo: hacer una caja de recuerdos o alguna de las cosas que recomendamos en nuestro blog. Trata de buscar momentos íntimos con tu hijo para que pueda hablar de su papá y expresar sus sentimientos.
    Si aún así pasa el tiempo y sigue muy triste, intenta buscar ayuda de un especialista.

    Un saludo,

    Patricia Díaz
    Psicóloga FMLC

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