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El profesional sanitario y su actitud ante la muerte

Pilar Pastor, psicóloga de FMLC

 

© MalagónEn este artículo vamos a centrar nuestra mirada en el profesional socio-sanitario que trabaja cara a cara con el dolor, el sufrimiento y la muerte; en la manera única en que se coloca cada profesional frente al doliente, el enfermo, el familiar, con su mochila de experiencias personales, creencias, carácter y con los condicionantes que marca la cultura a la que pertenece.

Cuando se produce el encuentro entre el profesional sanitario y el doliente -y en la relación que se establece ahí-, cada uno va con una actitud propia con la que filtra el dolor y la muerte. Cada vez se pone mayor interés en la figura del profesional de la salud, debido a la importancia que tiene su relación con el doliente en la elaboración del proceso de duelo.

Empatía y acompañamiento

En la formación reglada de los profesionales sanitarios no se les enseña a estar frente al sufrimiento y el dolor. Sin embargo la atención, el cuidado y el entrenamiento a nivel técnico en el uso de herramientas y procedimientos es tan importante como el entrenamiento del profesional a nivel personal.

El duelo es un proceso profundamente humano, que requiere de un acompañamiento de profunda humanidad. Serán importantes las técnicas y herramientas que pongamos a disposición del doliente, pero no serán efectivas ni movilizadoras si no se sustentan sobre una base de empatía, autenticidad, congruencia y presencia por parte del profesional sanitario.

La relación del personal médico y las familias en duelo

Cada vez se pone más en evidencia la importancia de la actitud de los profesionales sanitarios frente a la muerte y el dolor. Por un lado, por la repercusión que ha demostrado tener la calidad de su relación con el doliente en la elaboración del duelo. Tanto en los momentos previos como posteriores a la pérdida, el papel del personal médico tiene una gran influencia: tanto su relación con el doliente durante la enfermedad u hospitalización del ser querido, como en el momento de recibir las noticias, o en los instantes de muerte y duelo.

Por otro lado, esta importancia también se debe a que el profesional que se enfrenta a diario con el dolor y la muerte trabaja con una intensidad emocional muy alta y aspectos muy dolorosos de la existencia. Y si no se presta atención a sí mismo, ni desarrolla estrategias de autocuidado y no se escucha y observa, puede ir desarrollando desgana, ansiedad y distancia frente a su trabajo, aspectos que tienen que ver con el Síndrome del Quemado o Burn-out.

La importancia de prevenir el desgaste asistencial

Frente al sufrimiento, la angustia y el dolor del otro, reaccionamos directamente mediante mecanismos automáticos. Son los mismos que ponemos en marcha inconscientemente ante nuestro propio dolor. El profesional que trabaja en este ámbito debe emprender la tarea de observarse y reconocerse en su reacción frente al dolor y la muerte.

La reacción automática frente al sufrimiento del otro suele ir hacia la distancia emocional, o bien hacia la sobre-implicación. En ambos casos el acompañamiento que se realiza es agotador y poco satisfactorio para el profesional, porque viene de su reacción a su propio miedo y angustia, mientras que para el doliente, la sensación que deja es de mayor soledad.

Hacia una relación terapéutica curativa

A través de la auto-observación, el autoconocimiento y la escucha, el profesional sanitario puede ir dándose cuenta de cuál es su tendencia más instintiva y de cómo llegar a una respuesta intermedia de empatía, autenticidad y presencia. Cuando el profesional se centre en crear esas actitudes hacia el doliente y hacia sí mismo, se irá creando un clima de cuidado que propicie el encuentro auténtico y la relación terapéutica de calidad y curativa.

Un aspecto fundamental del cuidado profesional es saberse cuidar también a uno mismo y, para ello, el autoconocimiento y la autoescucha son fundamentales. A medida que uno se escucha mejor a sí mismo, podrá escuchar a otros con mayor atención y calidad.  Ésta será la manera de detectar cómo nos estamos sintiendo frente a quien sufre y responder ante lo que ocurre en el momento, en lugar de simplemente reaccionar.

Para saber más sobre el acompañamiento a pacientes en duelo, os recomendamos la lectura de nuestra Guía de Duelo Adulto para Profesionales Socio-Sanitarios, que ofrece a los trabajadores del ámbito de la salud (médicos, enfermeros, psicólogos) pautas para detectar y atender el duelo complicado en Atención Primaria. La guía está disponible gratuitamente para su descarga en nuestra página web:

www.fundacionmlc.org.

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