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Frases tópicas que nunca ayudan a consolar a un doliente (I)

Rosa Sánchez, psicóloga de FMLC

 

A menudo nos ocurre que no sabemos qué decir a las personas que están atravesando un duelo por la muerte de un ser querido.

Muchas de las frases hechas y expresiones a las que recurrimos no sólo no ayudan, sino que, por el contrario, provocan más daño que alivio.

En este artículo analizamos diversos tópicos que nunca ayudan al doliente y explicaremos qué efectos tiene en la persona en duelo este tipo de comunicación, aportando palabras y actitudes que sí pueden mejorar su estado de ánimo.

“Lo estás haciendo muy bien”

Es muy común intentar animar al doliente con esta frase. Sin embargo, al decirla, eliges no estar disponible para escuchar sus sentimientos más perturbadores y, si te hablase de ellos, quizá estos no se ajustarían a esa idea preconcebida que tienes de cómo debería sentir y actuar una persona en duelo. No hay que olvidar que somos diferentes y que nuestra manera de ver las cosas puede ser diferente a la del doliente.

¿Qué le sucede al doliente al escuchar este tópico? La dicotomía entre bien y mal es angustiosa. Por eso, es importante que el doliente sepa que cualquier emoción y actitud que tome tiene todo el sentido en su caminar por el duelo (siempre que no ponga su vida en peligro). No tiene por qué ajustarse a las expectativas de otros. El doliente debe respetar su propio ritmo, hacer aquello que tiene ganas de hacer y no hacer lo que aún no tiene fuerzas para afrontar. Si un doliente recibe esta clase de comentarios de una persona con la que puede hablar con confianza, puede tratar de sincerarse diciendo, por ejemplo: ”Cuando te escucho decirme que lo estoy haciendo muy bien me molesta, no me ayuda, necesito que quieras enterarte de lo que realmente siento, aunque a veces no lo muestre”.

En cuanto a las personas del entorno del doliente que deseen ayudarle y no saben qué decir, en lugar de usar tópicos, pueden ser sinceros también, diciendo: “No sé qué decir, no sé cómo ayudarte”. Pueden abrir las puertas a la comunicación preguntando al doliente: “¿Tienes ganas de hablar?”, “¿Cómo te sientes?”, “¿Te apetece hablar de cómo ha sido?”.

El peligro de los “Tienes que”

Otro tipo de comunicación que ayuda al doliente es decirle a la persona que ha sufrido la pérdida “qué tiene que hacer”. En el mejor de los casos esto refuerza la sensación de incapacidad y, en el peor, nuestro consejo puede ser “contraproducente”.

¿Cómo afecta al doliente escuchar esos consejos? Quizá sienta incapacidad y piense que “debería poder…”. Probablemente se enfade porque es una sugerencia que no se ajusta a sus posibilidades en ese momento. Nuestra recomendación es que rechace aquello que no esté de acuerdo con lo que siente, por ejemplo, diciendo: “De momento no tengo ganas ni fuerzas para hacer eso que me dices”.

¿Qué actitud nuestra sí ayuda al doliente? Escucharle un ochenta por ciento del tiempo y hablar un veinte por ciento. Hay muy pocas personas que se tomen el tiempo necesario para escuchar las preocupaciones más profundas del doliente, pero ambos pueden aprender cosas en el proceso.

“Llámame si necesitas algo”

Este ofrecimiento casi siempre suele declinarse. La persona en duelo necesita que tomemos la iniciativa, siempre contando con su consentimiento. Si esperamos a que sea el doliente el que dé el primer paso, no le seremos de ayuda, ya que se encuentra en un momento vulnerable y es natural que esté necesitado de apoyo.

Para el doliente, este paso dependerá de su facilidad o dificultad para pedir y recibir la ayuda que necesita. Puede ocurrir que esta necesidad no fuera lo habitual antes en su vida, pero el duelo por la muerte de tu ser querido implica un cambio a muchos niveles. Si se permite pedir algo concreto, también está dando una guía de actuación a quien verdaderamente esté dispuesto a ayudarle. (“Necesito que me acompañes a…”, ”Necesito que me hagas compañía…”)

Lo que en todo caso sí ayuda al doliente es hacerle ofrecimientos concretos, pidiendo su consentimiento, por ejemplo: “¿Puedo hacer algo por ti: cocinar, algún recado…?”, “Si no me llamas, ¿puedo llamarte yo?”, “¿Puedo venir a verte?”. Seguiremos abordando este tipo en situaciones en próximos artículos.

Todas estas claves pretenden servir de orientación a las personas que han sufrido la pérdida de un ser querido o intentan ayudar a una persona doliente de su entorno. Para saber más o para solicitar ayuda psicológica gratuita, no dude en consultar nuestra página web:

   www. fundacionmlc.org

 

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