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El eneagrama y el duelo: El doliente con eneatipo 2

Sara Losantos, psicóloga de FMLC

En este artículo continuamos el análisis de cada uno de los nueve eneatipos de personalidad recogidos en la teoría del eneagrama, a fin de ponerlos en relación con el proceso de duelo. A continuación veremos cómo afrontan el duelo y qué reacciones más comunes experimentan las personas con el eneatipo 2, con el objetivo de ofreceros una herramienta útil para profundizar en el proceso.

El eneatipo 2 representa la bondad en la teoría del eneagrama. Los individuos que encajan en el perfil 2 se caracterizan por ser alegres, generosos y bondadosos. Se esfuerzan mucho para ser queridos y caer bien, y por ello se vuelcan en los demás. Pueden ser exageradamente “regaladores” y prestar demasiada atención a otras personas en detrimento de sus propias necesidades.

Cualidades del doliente con eneatipo 2

El mensaje que estas personas recibieron en la infancia es que deben esforzarse para ser queridas, porque nadie da nada por nada y recibirán lo que den. Por lo tanto, en base a esta creencia son personas amables, amistosas, que saben cómo complacer a los demás. Disfrutan de la intimidad y de poder ayudar. Sin embargo, tienen miedo de perder el afecto de los demás y quedarse solos.

En un estado sano estas personas son amigables, bondadosas, simpáticas, generosas… En un estado insano, estas personas dan sólo para recibir y olvidan sus propias necesidades, lo que les genera mucha frustración que puede derivar en agresividad. Reprimen sus propias necesidades o emociones por considerarlas egoístas y se sienten profundamente insatisfechos. Sienten que los demás deberían satisfacer sus necesidades porque se lo deben, desarrollando sentimientos posesivos. Pueden llegar a ser extremadamente celosos y obsesivos.

Cómo afecta el duelo a una persona con eneatipo 2

A este tipo de personalidad le ayuda reconocer las necesidades propias que se esconden detrás de sus acciones y permitírselas. Le resulta beneficioso comprender el origen de ese aprendizaje y el sufrimiento que existe a un nivel inconsciente. Respetando el hecho de que no existen universalidades en el duelo, sí que podemos hipotetizar que una persona que vuelca sus energías en los demás puede tender a olvidarse de sus propias necesidades.

Si tenemos en cuenta que cada fallecimiento puede llegar a afectar a una media de veinte personas, podemos concluir que un individuo con eneatipo 2 siempre encontrará a alguien que esté en duelo al mismo tiempo que él y pensará que dedicarse a sí mismo es egoísta. Puede priorizar las necesidades de unos y otros frente a las suyas, llegando a sentirse muy útil ayudando y consolando a los demás. Sin embargo, a la vez sentirá mucho malestar (el suyo propio desatendido) y mucho enfado al percibir que los demás no “devuelven” la ayuda que él ha prestado en ese momento o en otros de su vida.

Con las personas de este perfil será importante hacerles tomar conciencia de las creencias que subyacen detrás de sus conductas, eliminar las creencias irracionales que asocian la necesidad de pedir ayuda con ser egoísta, o hacerles ver que su entorno no siempre tiene por qué ser consciente de lo que necesita. Otro aspecto que se debe trabajar es que aprenda a pedir ayuda y a identificar sus propias necesidades, porque a veces estas personas están tan desconectadas de sí mismas que ni siquiera saben poner nombre a lo que necesitan.

Cómo facilitar el duelo del eneatipo 2

Ya hemos dicho en alguna ocasión que el duelo se resuelve de manera más o menos espontánea a medida que vamos satisfaciendo necesidades y éstas desaparecen para dar paso a otras. Las necesidades del doliente pueden consistir en ayuda concreta, como que le acompañen al médico, que le hagan la compra; o necesidades más afectivas: que su entorno esté pendiente de él o le de afecto. En cualquier caso, el paso previo siempre será identificar dichas necesidades.

Es especialmente importante que una persona que presente las características de este eneatipo haga terapia individual y no de grupo, ya que en el grupo puede ocurrir que se dedique a ayudar a los otros dolientes y se olvide de sí misma, perpetuando así el rol de “cuidadora/ayudadora”.

Estas claves pretenden servir de orientación a las personas que han sufrido la pérdida de un ser querido o intentan ayudar a una persona doliente de su entorno. Para saber más o para solicitar ayuda psicológica gratuita, no dudes en consultar nuestra página web:

   www. fundacionmlc.org

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