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El duelo por la desaparición de un ser querido

Sara Losantos, psicóloga de FMLC

 

Cuando un ser querido fallece, comienza un proceso de duelo que comprende y recoge todas las reacciones normales ante esta pérdida. Sin embargo, cuando la persona desaparece y no existen evidencias de que haya muerto ni de que siga vivo, se presenta una dificultad añadida en este proceso. A ese dolor, normal en la pérdida, se suma la duda y la falta de certezas.

En ese contexto, para los familiares del desaparecido resulta casi imposible aceptar la pérdida y comenzar a gestionar el dolor. El dolor está hecho de incredulidad, de un estado de permanente alerta esperando noticias en un sentido o en otro, de tristeza por la ausencia.

En esos momentos lo más habitual es que las energías se inviertan en buscar a la persona desaparecida, de modo que el proceso de duelo como tal queda en un segundo plano. Esta situación puede durar años y finalizar, bien con el hallazgo del cadáver o, de un modo más ambiguo, con una declaración de fallecimiento. En este último caso, los familiares tal vez  se aferren a la esperanza de encontrarla con vida.

La incertidumbre en el duelo

Cuando un ser querido desaparece, lo normal al principio es que la atención de sus familiares esté centrada en la investigación policial y en la ayuda que puedan ofrecer los medios de comunicación, difundiendo la noticia para encontrar algún indicio que ofrezca pistas sobre el paradero de la persona que ha desaparecido.

Resulta difícil imaginar que una persona inmersa en la búsqueda de un ser querido quiera recibir apoyo para resolver su duelo, pero si lo hiciera, cabe imaginar que se plantearía un caso complicado.

Uno de los rasgos característicos de esta clase de casos es que los familiares de la persona desaparecida siempre mantienen la esperanza. Por mucho tiempo que haya transcurrido, siempre es posible imaginar que el ser querido está vivo en otra parte, porque mientras no se encuentre su cadáver no tenemos evidencias de que haya muerto.

Qué se puede trabajar en un duelo por desaparición

Lo que se puede trabajar con personas que estén sufriendo un duelo por desaparición o un duelo en el que la muerte no sea evidente, son las certezas. Es decir, podemos trabajar:

  • El dolor que produce la ausencia, eso ya es una pérdida en sí misma, independientemente de cómo finalice el caso.
  • – El miedo, con la incertidumbre, ante lo que imaginan que ha podido pasar.
  • – El cansancio, derivado de ese estado de espera permanente, de esperar novedades.

Manejar las emociones de un duelo por desaparición

A veces resulta complicado llevar la atención del doliente al dolor y a las sensaciones que van apareciendo con el transcurso de los días, porque lo urgente es la búsqueda. Con frecuencia las personas afectadas por este tipo de pérdida actúan de forma impulsiva, buscando sin descanso, acudiendo a los medios, concediendo entrevistas… Eso puede desembocar en desgaste físico y un gran estrés del sistema inmune.

Los psicólogos tenemos un papel importante en la gestión de estas situaciones de duelo ambiguo. Entre otras, dando pautas como:

  • -Descansar adecuadamente un mínimo de horas cada día.
  • -Desconectar el teléfono de vez en cuando para evitar el estado de alerta constante.
  • -Cuidar la alimentación.
  • -Dosificar la información que los dolientes van recibiendo.
  • -Dosificar la exposición a los medios de comunicación y a las noticias.
  • -Buscar apoyos que brinden consuelo, compañía o lo que cada persona necesite.
  • -Ajustarse a las necesidades de cada uno, sin generalizar ni comparar.

Otras formas de ayudar

Ante un caso de este tipo, podemos ayudar al doliente:

  • -Acompañando el dolor de la ausencia y el miedo, permitiéndolos y validándolos.

  • -Dejando que lo exprese para que se desahogue. Nombrar lo que nos da miedo nos permite poner una pequeña distancia.

  • -Permitir la esperanza, respetar el ritmo de cada uno, no forzar ni presionar.

Estas pueden ser unas pinceladas que permitan a la persona que quiere ayudar guiarse en los primeros momentos, teniendo siempre en cuenta que cada caso es único y que no todas las personas reaccionan de la misma manera.

Para saber más o para solicitar ayuda psicológica gratuita, no dudes en consultar nuestra página web:

   www. fundacionmlc.org

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