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Duelo infantil: Cómo explicar a los hijos la muerte inesperada de otro niño

Patricia Díaz, psicóloga infanto-juvenil de FMLC

 

No es habitual, pero a veces puede producirse el fallecimiento de un niño durante un procedimiento rutinario, le sobreviene una muerte súbita cuando estaba sano o, incluso, puede fallecer en circunstancias trágicas como un accidente o un homicidio.

Estas situaciones generan una gran confusión entre los demás menores de su entorno y, así, es frecuente encontrar:

  • Hermanos que esperan el regreso del fallecido sin entender qué ha pasado.
  • Compañeros de clase que no comprenden qué ha ocurrido porque lo vieron hace poco.
  • Amigos y familiares incapaces de dar una respuesta a los niños de la casa.
  • Incapacidad para entender la pérdida, porque nadie sabe qué ha pasado.

Casos difíciles en el duelo infantil

A lo largo de nuestra práctica profesional nos hemos encontrado situaciones realmente duras y a menudo inexplicables. Estos son algunos casos que hemos atendido recientemente:

  • Un menor fallecido en el Retiro mientras paseaba con su padre por la caída de un árbol.
  • Una gemela idéntica que, tras someterse a un procedimiento médico poco invasivo para completar un diagnóstico, fallece durante la intervención.
  • Un menor fallecido después de una operación rutinaria de anginas, apendicitis, cardíaca, sin riesgo aparente.
  • Un alumno de primaria que, tras encontrarse mal el viernes, fallece inesperadamente durante el fin de semana.
  • Muerte súbita de un adolescente en un autobús escolar durante una excursión.
  • Fallecimiento de un menor haciendo deporte.

Algunas de estas situaciones pueden resultar familiares, pero si no se han vivido de cerca no se aprecian los detalles que hacen que sean muy complicadas de entender para los menores, en cuanto a la asimilación de las nociones básicas sobre la muerte (es universal, irreversibilidad, se debe a un fallo de funciones vitales y tiene una causa). Esto se debe a que:

Todo eso que a los adultos nos cuesta tanto asumir -pero que entendemos, porque a veces las muertes son imprevisibles e inexplicables- a los niños les cuesta mucho comprenderlo, porque su realidad es que habían hablado con el fallecido, estaba bien, estaba jugando, no se les había advertido del peligro, era una actividad cotidiana que llevaban realizando tiempo, etc.

Cómo explicar a los niños una muerte inesperada

En estas circunstancias, a los más pequeños les va a costar entender la muerte. Por eso, he aquí algunas cosas que les podemos decir para ayudarles:

  • Sé que te dije que esta operación era algo rutinario y seguro, pero a veces hay complicaciones inesperadas y eso hace que el enfermo se ponga muy muy malito rápidamente, tan malito que no da tiempo a ayudarle y por eso se ha muerto.
  • No es habitual, casi no sucede, por eso yo pensaba que era imposible, pero en muy pocas ocasiones puede pasar lo que ha pasado.
  • No es lo habitual, ni suele pasar, los papás protegen a los niños y es muy muy raro, tan raro que a casi nadie le pasan estas cosas.
  • Nadie podía imaginar que esto nos podía pasar, porque no es lo normal.

Tendremos que emplear explicaciones que hagan hincapié en lo inusual de esas muertes y, aun así, muchos niños necesitarán llegar a un pensamiento más evolucionado y dejar atrás la etapa del pensamiento mágico para poder entender que a veces la muerte no es lógica, ni esperable, ni obedece a una circunstancia predecible por extraña que sea, sino que depende del azar, del momento, de la casualidad… pero pese a todo sucede.

Cómo atender el duelo infantil

En casos como estos, a los niños en duelo les protege el hecho de que sus rutinas permanezcan intactas. También puede ayudarles hacer alguna despedida simbólica, que les expliquemos todo, aunque no lo entiendan, y vayamos adaptando nuestras explicaciones a su edad cognitiva.

Son momentos muy difíciles y hasta los adultos tenemos muchas dudas y reticencias a la hora de entender esas muertes. Por eso, respetemos los tiempos de los niños y no nos aceleremos intentando que lo entiendan todo, cuando ni nosotros mismos entendemos el porqué de esas muertes.

El diario y la caja de recuerdos

Algo que suele ayudarles tras entender lo que ha pasado (y que su hermano/a no va a volver y no van a jugar juntos más, etc.) es recopilar las cosas que le gustaban:  juguetes, un disfraz, algún cuento… y guardarlo en una caja junto a alguna fotografía del fallecido y algo de ropa que usara habitualmente. Podemos pedir a los niños que hagan algún dibujo que represente la relación con su hermanito o cosas que les gustasen, de este modo tendremos una caja de recuerdos estupenda para que cuando vayan creciendo puedan recordar aquellas cosas que les gustaba hacer juntos o que hacían su hermano fallecido.

Otra cosa que ayuda bastante es que los adultos escriban una especie de diario de actividades o anécdotas de cosas que recuerden del fallecido: las vacaciones, los juegos… y apunten los detalles para poder regresar a ese recuerdo cuando sea necesario.

Para saber más sobre la atención del duelo infantil, podéis acudir a nuestro servicio gratuito de Psicoterapia de duelo infantil, solicitar que impartamos una charla gratuita para padres y profesores  en vuestro centro educativo (a través de este proyecto)  o descargar gratis  nuestro manual práctico “Hablemos de Duelo”, que ofrece pautas para ayudar a los adultos a hablar de la muerte con los niños y da claves sobre cómo viven el duelo los menores según su edad.

También incluye un apartado sobre cómo atender el duelo en el colegio y cómo ayudar a afrontar el duelo a las personas con discapacidad intelectual. La guía está disponible gratuitamente para su descarga en nuestra página web:

www.fundacionmlc.org

 

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